La bota es sinónimo de vino en España. Arraigada a nuestra memoria, vuelve con más fuerza que nunca, dándole el lugar que merece tras tantos años junto a nuestra tierra y tradición. La artesanía, hoy en día, es un arte que requiere tiempo, calma y unas manos sabias.
Nuestros boteros de Sariñena son la última generación de artesanos en este oficio. Bota de Vino apuesta por su continuidad, heredada en su familia, en su pueblo y en sus vidas.
Nuestra joya
La selección del vino no podía ser otra que una garnacha centenaria de Campo de Borja, por el arraigo que tenemos a Magallón, el Monasterio de Veruela y nuestro impresionante Moncayo, que con su cierzo curte, sana y nutre las tierras que ventila y a las personas que agita.
En una abadía cisterciense del siglo XII, los monjes comenzaron a elaborar su propio vino. Más tarde, el Real Monasterio de Santa María de Veruela se convertiría en un lugar romántico para curar los males con el aire del Moncayo, su huerto y sus vinos. En 1863, Gustavo Adolfo Bécquer se trasladó allí.
Estas cepas, reconocidas y premiadas en el mundo entero, marcan su impronta en cada uno de sus vinos, dando lugar a unas características únicas por su frutosidad, potencia y complejidad magistral.
Junto con Javier Varela, nacido en Borja, enólogo sabio y gran trabajador de estas tierras, hemos elaborado el vino perfecto para ser bebido en bota. Y lo vais a disfrutar, porque es excelente. Al beberse como antes, la experiencia no solo divierte —y mucho—, sino que también sorprende a quien lo prueba. Bota de Vino somos nuestros abuelos, padres, nuestros mayores. Queremos que en el futuro sean nuestros hijos, pero hoy es nuestro presente, somos nosotros.
Hacemos este precioso homenaje a la familia, al campo, a la celebración, al día a día, a la tierra, al trabajo y a lo propio, a lo nuestro. Hecho con todo el respeto, con mucha ilusión y con todo el amor.
DE LA BOTA DE VINO
La elaboración artesanal de una bota de vino es un proceso meticuloso que combina tradición y destreza. Comienza con la selección de piel de cabra de alta calidad, que se somete a un proceso de curtido para garantizar su durabilidad y resistencia. Una vez curtida, la piel se corta y se cose cuidadosamente, asegurando que las costuras sean fuertes y herméticas. Posteriormente, se aplica una capa interna de pez (resina natural) para impermeabilizar la bota y preservar el vino.
Tras inflarla y dejarla secar, se somete a un «sobado» para suavizar la piel y mejorar su flexibilidad. Finalmente, se inspecciona minuciosamente cada bota para garantizar su calidad antes de su comercialización.
Botería Mairal, fundada en 1898 por Nicolás Mairal en Sariñena, Huesca, es una empresa familiar dedicada a la fabricación artesanal de botas de vino. A lo largo de más de un siglo, ha mantenido viva una tradición que ha pasado de generación en generación. Actualmente, Alba Riera y su esposo Ismael Pérez, bisnietos de Nicolás, continúan con este legado, adaptándose a los tiempos modernos sin perder la esencia artesanal que caracteriza a sus productos.
Bodegas Aragonesas, fundada en 1984 en Fuendejalón, Zaragoza, es una destacada bodega aragonesa con una profunda tradición vitivinícola que se remonta a 1145. Especializada en la variedad Garnacha desde 1956, la bodega ha alcanzado prestigio internacional gracias a la calidad de sus vinos, elaborados con uvas de viñas viejas. Su dedicación y respeto por esta variedad la han consolidado como un referente en el mundo del vino, manteniendo siempre sus raíces y tradición.
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